Medellín
8 de noviembre de 2021

En seguridad y vigilancia, la tecnología debe ser una herramienta y no una estrategia

Santiago Parada

Sobre la tecnología como herramienta en las infraestructuras de seguridad.

Un par de gafas encima de un ordenador portátil

Fotografía de Kevin Ku para UNSPLASH.

En las carreras de Fórmula 1, no basta con tener el coche más rápido. Si no hay un piloto hábil y un equipo experto al volante, nunca se ganará la carrera. Es el mismo caso de la infraestructura de vigilancia y la red de cámaras en Medellín; aunque despleguemos la última tecnología y tengamos un gran número de cámaras, si no hay capacidad humana e institucional para analizar y responder a los delitos que se están grabando en ellas no habrá solución tecnológica a los problemas de seguridad.

Medellín tiene fama de ser una de las ciudades más innovadoras de Colombia, si no la más tecnológica. Y seguramente, su pasado como víctima del narcotráfico ha impulsado gran parte de sus inversiones en tecnología dirigida a infraestructuras para la seguridad ciudadana. La Secretaría de Seguridad de la Alcaldía ha desarrollado múltiples herramientas enfocadas a la implementación y estudio de soluciones de seguridad para la ciudad. Hoy quiero centrarme en la herramienta quizás más conocida, la red de más de 3.000 cámaras de vigilancia repartidas por toda la ciudad, que en cierta medida es un coche de Fórmula 1, conducido por un joven en un curso de conducción.

Esta inmensa inversión en cámaras de vigilancia se inspira en otras ciudades muy desarrolladas como Pekín, Londres, Delhi, Los Ángeles y otras, que llevan años aplicando esta forma de vigilancia. Más allá de las discusiones morales sobre el derecho a la privacidad de la vigilancia por cámaras, estudios académicos han demostrado la eficacia de estos sistemas en la reducción de homicidios y daños al patrimonio de la ciudad. Entiendo, entonces, que el Secretario de Seguridad busque obtener un gran presupuesto para la compra, mantenimiento y conexión de estas cámaras para construir una infraestructura digna de un Fórmula 1 y atacar la delincuencia. Sin embargo, no deja de retumbar en mi cabeza un comentario de Andrés Preciado, ex subsecretario operativo de seguridad, en sesión del Maratón de Investigación coordinado por el Instituto Edgelands. ¿Las personas que supervisan esa gran red de cámaras en Medellín están capacitadas constantemente? O en la metáfora automovilística, ¿es capaz la persona que conduce ese coche de llevarlo a la meta a gran velocidad y sin estrellarse? ¿Estamos desaprovechando el potencial de nuestras infraestructuras y tecnología?

En Medellín, los agentes de policía se encargan de controlar las cámaras de vigilancia. Esto supone un seguimiento constante para diagnosticar la actividad predelictiva y, en caso de que se produzca, la actividad postdelictiva para identificar y perseguir a los delincuentes. Al ser una red tan amplia y una tecnología que avanza continuamente -ni siquiera estamos tomando en cuenta las capacidades del reconocimiento facial-, los encargados de monitorear las cámaras deben tener una formación tecnológica para conocer las capacidades y limitaciones del sistema que controlan, pero sobre todo, una formación ética, ya que estas personas son los ojos de la ciudad, y los delincuentes lo saben. Menciono esto porque Andrés Preciado habló de casos en los que las cámaras dejaron de grabar justo en el momento de los crímenes. Su afirmación de que "la tecnología es la herramienta, pero no la estrategia" fue muy reveladora. Y así como un coche de Fórmula 1 es la herramienta, la estrategia es un piloto experto y un equipo experto que lo lleve a la meta.

Es entonces cuando debemos cuestionarnos el uso de un coche de Fórmula 1 cuando no somos capaces de aprovechar al máximo sus capacidades. Evidentemente, no se trata de disminuir la inversión en cámaras de vigilancia, sino de asegurarse de que las capacidades del coche y del piloto son igualmente óptimas. Por eso debemos pensar en la formación de los agentes encargados de supervisar las cámaras, en sus capacidades tecnológicas y en sus conocimientos éticos y jurídicos. Por último, pero no por ello menos importante, también debemos centrarnos en los supervisores de los agentes, porque es importante que ellos también sean los responsables de alcanzar el objetivo.

Santiago Parada Peláez es participante de nuestro programa de investigación sprint en Medellín, Te Estamos Grabando. También es estudiante en la Universidad EAFIT, donde estudia psicología y economía.