El Instituto Edgelands concluye su primer ciclo emergente en Ginebra con la publicación del informe de la ciudad, que pone de relieve las percepciones de los ciudadanos sobre los retos de la transparencia y la integridad digital.
El Instituto Edgelands está encantado de anunciar la conclusión de nuestra primera iniciativa emergente en Ginebra, que ha durado más de un año. Al concluir esta fase, nos complace desvelar el primer informe final de Ginebra, un documento exhaustivo que arroja luz sobre las intrincadas cuestiones que rodean la seguridad y la integridad digitales, la transparencia y el mantenimiento del orden en esta ciudad diversa y dinámica.
Nuestros esfuerzos han dado fruto, y nos complace compartir algunas de las ideas más importantes que hemos recogido durante este proceso transformador. Para más detalles y para acceder al informe final completo de Ginebra, acceda a nuestro informe.
La evidente falta de transparencia en torno a la presencia de tecnologías de vigilancia, como las cámaras de seguridad, ha contribuido a una falta generalizada de concienciación y comprensión. Aunque deben abordarse las dimensiones éticas de las tecnologías de vigilancia, hemos descubierto que a la gente a menudo le cuesta iniciar estas conversaciones o puede mostrarse reacia a "remover la olla". Esta opacidad es una preocupación acuciante que exige atención. Sin embargo, la percepción pública de la seguridad digital y la vigilancia en Ginebra dista mucho de ser uniforme. Factores como la condición de inmigrante, la raza, el sexo y las lenguas habladas influyen significativamente en la forma en que las personas perciben estas cuestiones. Nuestra investigación subraya la importancia de tener en cuenta estos parámetros socioeconómicos a la hora de abordar los problemas de seguridad digital.
La dificultad para acceder y comprender la información sobre la tecnología de la vigilancia agrava la desconexión entre el público y el discurso de la seguridad digital. Las empresas privadas desempeñan un papel importante en el panorama actual de la seguridad digital, lo que plantea cuestiones críticas sobre la rendición de cuentas. Comprender los límites de la responsabilidad en este panorama en evolución es esencial para garantizar la protección de los derechos individuales. El recién constitucionalizado derecho a la integridad digital en Ginebra presenta una oportunidad única para entablar diálogos integradores sobre seguridad, responsabilidades y derechos en la era digital. También hemos demostrado que las colaboraciones artísticas, los proyectos creativos y el diálogo continuo pueden ser herramientas potentes para implicar al público en conversaciones sobre seguridad digital que tengan resonancia en su vida cotidiana.
Al despedirnos de nuestro centro de Ginebra, queremos expresar nuestra gratitud a la comunidad investigadora, a las partes interesadas y a los ciudadanos locales que han contribuido a nuestra misión. La publicación del primer informe final de Ginebra marca un hito importante, y nos comprometemos a continuar nuestra labor de investigación de las formas contemporáneas del contrato social y de construcción de un paisaje digital colectivo y más seguro para todos.
Permanezca atento a las futuras actualizaciones del Instituto Edgelands a medida que nos embarcamos en nuevas iniciativas para explorar el ámbito en constante evolución de la seguridad digital y el contrato social.